Eres de aquellos afortunados que pueden tomarse dos meses de
vacaciones durante el verano. ¡Ah! Ya cuentas las horas y los minutos para
pasarla con la familia, irte de viaje o simplemente hacer todo lo que no puedes
hacer normalmente.
De pronto, tu sueño se vuelve una verdadera
pesadilla, porque te acuerdas que a principios del año tu jefe te había avisado
que esta vez y las subsecuentes ya no se pagarían las vacaciones.
¿Cómo se me pudo olvidar? Te repites una y otra vez…
En estas circunstancias lo mejor es poner manos a la obra:
Paso 1: Define cuánto necesitas. Hablar de que necesitas el 100% de tu
sueldo es relativo, así que estudia tus gastos y establece un monto mínimo
para sobrellevar esos dos meses que vienen, este debe incluir el pago de
servicios, renta, etc… En fin, esos te los sabes de memoria. A esto
agrégale un monto de gastos diarios para ti, es decir cuánto te gastas
diariamente.
Paso 2: Tus deudas. Las deudas pueden ser un infierno en este tipo de
escenarios, porque son fugas de dinero que en este momento verdaderamente
necesitamos porque nuestras entradas se han acortado. Haz una revisión
exhaustiva y ve cuáles puedes aplazar y cuáles no. Súmalo a lo que necesitas.
Paso 3: Trabajo extra. Si tienes un ingreso extra por más pequeño que sea no
lo dejes ir, ahora que tendrás tiempo libre sácale todo el jugo posible. No te
confíes en un freelance, recuerda que puede pasar mucho tiempo antes de que te
paguen, esta vez juega a lo seguro.
Paso 4: Los números. Ahora viene la parte difícil.
Con los pasos anteriores tendrás una visión más o menos clara
de cuánto necesitas y qué otros ingresos tienes. Entramos a la parte de
ajustes:
Primero que nada, establece los meses que te faltan. El
tiempo es vital para lograr esto. Ejemplo: Si te faltan dos meses tienes cuatro
quincenas para lograrlo.
Para lograrlo, tienes que olvidarte de los gastos
innecesarios. Estamos en estado de emergencia. Así que ‘suspéndelos’ por
dos meses hasta que los tiempos mejoren.
Empieza a pensar en semanas, en cada una de ellas tendrás que ahorrar dinero,
sácalos de tu cuenta y ponlos en una cuenta diferente.
Si alguna semana no los logras cubrir, no caigas en
pánico lo importante es que no lo dejes de hacer.
Al final de estas ocho semanas, tendrás cierta cantidad
reunida. Quizás sea igual a lo que te habías propuesto reunir, quizás sea mayor
o quizás un poco menor, pero has logrado algo que ni te imaginas que podías
hacer.
Las crisis nos enseñan muchas cosas. A veces ahorrar a la fuerza nos
cambia la vida para siempre, pero es mejor hacerlo a la buena ¿No crees?
Extracto tomado de: blog.piggo.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario