Poner al día tu plan de negocios es una tarea que debes realizar por lo menos una vez al año. Puedes partir del documento original y revisarlo periódicamente; sin embargo, asegúrate de hacerlo siempre con mirada fresca. Esto significa: distánciate de los árboles y mejor observa el bosque completo.
El primer paso en este proceso es hablar directamente con tus clientes actuales, buscar nuevos e identificar potenciales. En este sentido, revisa los siguientes puntos de tu propuesta de valor: ¿qué productos o servicios te están comprando?, ¿qué problemas les resuelves?, ¿qué otras soluciones les puedes ofrecer?
Con base en esta información, trata de descubrir nuevos segmentos de mercado por explorar. Recuerda que la segmentación son las divisiones o agrupaciones que puedes hacer dentro del universo que representa el mercado. Aquí el consejo es pensar en nuevas formas de segmentar que te brinden un punto de vista actualizado, ya sea por canales de comercialización o tamaño de la compañía del comprador.
Revisiones mensuales
Los análisis contables y financieros por lo general se trabajan por mes, a fin de dar un seguimiento puntual a números clave. Por ejemplo, lo ideal es hacer una revisión mensual de los resultados (reales contra prespuesto) de: ventas, ganancias y flujo de efectivo. Para cada una de tus proyecciones, conserva una tabla con el plan original, otra con los resultados actuales y una tercera con las diferencias entre el objetivo inicial y lo conseguido hasta ahora.
Igualmente, debes tener en cuenta las actividades, fechas límite y resultados planeados que no forman parte de lo financiero. Considera que un buen plan está lleno de acotaciones, conjeturas y tareas; todo lo cual debe ser medible y actualizable (cada mes).
Revisiones mayores
El proceso de planeación del negocio implica una paradoja importante: la estrategia funciona de manera efectiva sólo cuando se aplica consistentemente a lo largo de un periodo prolongado, lo que significa que no puedes implementar una estrategia sin seguir un plan a largo plazo. No obstante, seguir a ciegas un plan a largo plazo también puede matar a una empresa que terca-mente insista en apostar por un plan que no está funcionando.
La solución de la paradoja se llama administración. Y ésta implica tener criterio. Los dueños, operadores y administradores del negocio tienen la responsabilidad de distinguir entre aplicar consistentemente una estrategia de largo plazo y seguir ciegamente un plan fallido. No existen reglas simples para lograrlo, pero el primer sitio donde hay que buscar pistas es en las conjeturas falsas (que creías verdaderas).
Por > Tim Berry
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