Las finanzas en pareja se tratan de un tema que no es fácil de
trabajar, y suele dejarse pasar. Solo cuando empezamos a tener roces o
problemas, nos damos cuenta que nuestros hábitos financieros no son
compatibles, y esto puede convertirse en un verdadero dolor cabeza, incluso
puede llegar a ser la causa del fin de una relación.
Es importante tomar cartas en el
asunto a tiempo. Recuerden que en el mundo de las relaciones de pareja no hay verdades absolutas, y éste
artículo pretende ser una guía. Cada pareja tiene su propia dinámica, y deben
encontrar que cosas les funcionan y cuáles no. Voy a compartir con ustedes
algunas de la prácticas que personalmente he aplicado y me han dado buenos
resultados.
Establecer prioridades financieras
Aquí lo mejor es cada uno escriba
que quiere hacer con su dinero de forma individual. Mi esposo y yo no lo
escribimos (que hoy siento que fue un error) pero si tuvimos una larga
conversación que nos permitió entender como pensaba y como se sentía cada uno
respecto al dinero. Obviamente no van a coincidir en todo (y eso está bien),
pero esto va a evitar sorpresas en
camino. De verdad aquí sean sinceros: si la prioridad en viajar,
comprarse ropa de moda o salir todas las semanas a probar un restaurante nuevo
¡díganlo! Es importante tener las cartas sobre la mesa para evitar
frustraciones y conocer los puntos de negociación y compromiso. El ejercicio es
positivo, les va a proporcionar libertad, paz mental y es la clave para el
siguiente paso.
Establecer metas de ahorro y de inversión comunes
Este paso es para mí el más
importante, y a nivel de mi relación de pareja fue el más satisfactorio. Si
bien ambos teníamos concepciones distintas del dinero, a la hora de establecer
que queríamos en el largo plazo fue donde coincidimos más. Aquí es donde el
objetivo se convierte a la vez en la motivación para establecer y cumplir con
esos compromisos. Plantearse metas para mi es lo que le da sentido a vida, es
mantenerte en esa búsqueda constante de tus sueños, y hacerlo con tu pareja es
la forma más bonita (y sensata) de alcanzarlos. Sea comprarse una casa,
diversificar un portafolio, comprar la primera propiedad de inversión, o lo que
sea, háganlo siguiendo la metodología SMART.
Repartir los gastos de la casa
Lo ideal o lo justo es que cada
quien aporte en una proporción equivalente al ingreso que genera. Pueden
hacerlo a través de una cuenta conjunta donde ambos aporten, para diferenciarlo
de las finanzas individuales y ahí pueden hasta domiciliar los pagos de ciertos
servicios.
Hacer seguimientos mensuales
Este paso nos ha dado excelentes
resultados. Se han convertido además en el momento de compartir nuestras
preocupaciones sobre el avance de nuestras metas o en las nuevas prácticas que
queremos implementar. Como toda relación humana la comunicación es fundamental
para lograr que funcione y esta manera hemos logrado encontrar un espacio para
hacer esta evaluación sin presiones.
No ocultaremos nada
Este es el punto donde creo que
voy a tener más detractores, tanto
femeninos como masculinos, pero la verdad es que mantener cuentas ocultas,
restringir el acceso a información financiera, o simplemente mentir va en
contra de las metas que se plantearon. Construir un patrimonio es mucho más
fácil entre 2, con respeto, honestidad y siendo justos en lo que se puede
lograr.
Considera los riesgos
Y aquí hablamos de los seguros.
Es vital que ambos cuenten con una póliza de seguros en caso de accidentes o
enfermedades, un incidente de esta naturaleza puede desequilibrar completamente
tus finanzas y lanzar por la borda todo el proceso de planificación.
Así mismo consideren también
invertir en una póliza de seguro de vida. Lo ideal es que ésta se contraten de
manera individual pero si no existe la capacidad de hacerlo así, la prioridad
es asegurar al mayor productor de ingresos de la pareja, de esta manera pueden
amortiguar el impacto financiero de una falta prematura.
Extracto tomado de: @espacioconvalor
Extracto tomado de: @espacioconvalor
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