Gustavo Roosen, presidente del IESA, advierte que las Pymes tendrán problemas para cumplir los compromisos laborales. El empresario considera que el propio Gobierno podría enfrentar dificultades para cumplir con los pasivos laborales tras la modificación de la LOT.
El Gobierno plantea una controversial reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, como una medida "socialista" para reivindicar a la masa laboral, sin consultarla con los sectores involucrados.
Pero la modificación del instrumento no solo podría complicarle las cuentas al Estado, el principal empleador del país; sino que pondría en aprietos al sector productivo, compuesto por la empresa privada, advierte Gustavo Roosen, presidente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa).
El empresario, quien estuvo al frente de organismos y empresas del Estado, asegura que reformar la ley sin hacer los cálculos previos sobre pasivos, dejaría al Gobierno en una posición de incumplimiento que provocaría un malestar entre los trabajadores.
El representante del instituto para la formación de gerentes agrega que modificar la LOT sin hacer un análisis de las implicaciones económicas, "generaría un fracaso temprano de empresas, que sencillamente no podrán hacerle frente a las cargas laborales".
- ¿Es viable la reforma de la LOT que plantea el Gobierno?
- El principal empleador es el Estado, por eso tiene que hacer cálculos para determinar si puede pagar los pasivos actuales y determinar de dónde sacará los recursos para hacer las reservas que necesitará para efectos de pagar los beneficios que incluirá la ley. Esas cifras tienen que estar listas, de lo contrario, la reforma no será sincera. No se puede hacer una ley para incumplirla, porque eso generaría insatisfacción y desmotivación en los trabajadores.
- ¿Qué implicaciones tendría en el sector productivo?
- Esa reforma podría generar un costo que para la empresa privada sería difícil de cumplir, sobre todo para las pequeñas y medianas (pymes). Las pymes podrían resultar empobrecidas. La reforma podría generar el fracaso temprano de empresas que sencillamente no van a poder hacerle frente a las cargas laborales.
- Usted está al frente de un instituto para la formación de gerentes, ¿cómo se forman gerentes cuando las empresas enfrentan tantas dificultades?
- Todas las incertidumbres que existen agregan una complejidad a la gestión del gerente, que a la vez lo convierten en una persona con cualidades, valores y competencias importantes, no solo para el que está en el país, sino para el que se va.
- ¿Forman gerentes para el país o para irse al exterior?
- Los jóvenes están mostrando una importante inclinación hacia el área social. Por menos salarios parecen estar dispuestos a dedicarse a las actividades sociales.
- Pero también están los que se van...
- En el sector privado existe un aplanamiento de las estructuras organizacionales, por las reducciones de personal y dificultades económicas. Cuando un joven va a una empresa donde el presidente de la compañía está a dos pasos de la posición que le ofrecen, lógicamente ingresa en ella, pero no hace una carrera. Esa es una dificultad que hace que los jóvenes no se sientan inspirados en trabajar en empresas con un desarrollo interno limitado. Por eso el talento joven emigra, busca oportunidades en otras partes.
- ¿Qué posibilidades hay de llegar a ser gerente cuando ni siquiera hay empleos?
- Hay que tener la paciencia y la confianza de que hacer carrera en el país vale la pena. En este momento hay mucha inclinación hacia el emprendimiento, eso es bastante estimulante.
- ¿El Presidente es un buen gerente?
- Un buen gerente tiene que tener foco e iniciativa, ser apasionado y saber trabajar en equipo. El Presidente tiene todas esas características, pero está utilizando un conjunto de prácticas que no llevan a ninguna parte, que vienen de ideologías que están totalmente superadas. Su gran error es que utiliza como solución algo que no funcionó en ninguna parte del mundo: El socialismo.
- ¿Cuál es el mayor potencial que tiene el país en este momento?
-Venezuela tiene lo que se llama un Bono Demográfico, es decir, está en el momento en el que la mayoría de su población es económicamente activa. Desde hace seis años, y por 36 más, es decir, 42 en total, el número de venezolanos económicamente activos es mayor que el de jóvenes menores de 18 y los adultos con más de 65 años. Si no capturamos el talento de toda esa fuerza económica en estos próximos 36 años, para preparar al país para el momento en que esa población envejezca, con fondos de ahorros.
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