¿Qué hacer para evitar este sesgo en nuestras decisiones
económicas?
En primer lugar, reconocer que mi percepción, mi sentido
común, puede ser afectado por distorsiones y sesgos. Podemos reconocer errores
en otros, pero rara vez los vemos en nosotros mismos.
En segundo lugar, reconocer que las decisiones económicas
requieren información y análisis más profundos.
En tercero, reconocer que las recomendaciones de los
expertos pueden tener también esta afectación y debo ser cauteloso en mis
decisiones, aun cuando esté siendo asesorado. Con esto no elimino pero sí
disminuyo el riesgo de que mi peor enemigo ponga en riesgo mi estabilidad y mi
patrimonio.
director.general@mb.com.mx
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