Conoce estos factores clave para determinar si tu negocio está listo para dar el siguiente paso.
Has trabajado muy duro para lograr que tu empresa llegue al lugar en el que se encuentra. Tienes un modelo de negocio definido, pero todavía tienes mucho por crecer. Así que la pregunta es: ¿Cómo saber cuándo un negocio está listo para dejar atrás la fase de startup? ¿Sabes a cuáles señales debes prestar atención?
Ya no estás hablando de lo que podrías hacer sino de una oferta concreta. Tu compañía ya no solo genera ideas, tienes un producto de valor real. Puedes enfocarte en crear nuevas versiones de tu material y entrar a otros mercados.
2. Tienes un plan
Muchos negocios se quedan estancados en la fase de startup porque no saben cómo obtener financiamiento. Pero, ¿qué pasa cuando ya tienes el capital pero no sabes cuál es el siguiente paso? ¡Elabora un plan! Tienes una idea probada, tu negocio atrajo inversionistas y tu producto está en el mercado. Es el momento de crecimiento para tu negocio. Debes ser capaz de identificar los Key Performance Indicators (KPIs) o indicadores clave de desempeño que debes lograr en los próximos meses.
3. Tu equipo ahora es tu compañía
Cuando empezaste, tenías a un puñado de personas que confiaban en tu visión trabajando para ti. Ahora cuando hablas de tus colaboradores usas más las palabras “empresa” o “compañía”. Piensas en contratar personal, no solo en traer colaboradores que puedan ayudarte. Sabes qué tipo de gente necesita tu negocio.
4. Conoces tu mercado
Hace tiempo tenías una idea y un sueño, pero ahora tu compañía está produciendo algo que la gente quiere. Ya tienes un plan de marketing y de ventas para llegar de manera más eficaz a tutarget. Incluso, seguramente, cometiste algunos errores en el camino para identificar a tu público meta. Tu producto ya tiene consumidores fieles.
5. Tienes ventas probadas
A través de esta métrica puedes identificar cuál es el potencial de tu mercado. Deberías saber cuál es el número mágico que tus inversionistas quieren escuchar al final del año: “Alcanzamos X pesos de ganancia”. Cuando alcances balances positivos constantes en el orden de esa cifra, puedes pensar en crecer. Metas como un millón de pesos o hasta de dólares dejan de ser fantasías para volverse promesas del futuro.
6. Tienes un proceso establecido
Cuando vas empezando con una startup todo es nuevo y sin probar. Pero cuando sales de la fase de inicio y pasas al crecimiento, empiezas a enfocarte en tener procesos de mayor calidad. Comienzas a crear sistemas que te ayudarán a desarrollarte.
7. Tienes independencia
Cuando eras una startup, recibiste capital de inversionistas para subsidiar ciertas necesidades del negocio. Por ejemplo, requerías tecnología para probar tu idea. Pero en la siguiente fase eres completamente independiente. Produces un mínimo de ganancias que puedes invertir para hacer crecer tu negocio. Nadie te ayuda a mantener tu empresa.
8. Atraes inversionistas
Cuando empezabas, tu trabajo era salir a buscar incansablemente inversionistas que te ayudarán a despegar tu idea. Ahora los socios capitalistas te buscan a ti. Se nota cuando ya tienes ventas probadas y un buen plan.
9. Representas menores riesgos
Al principio, tu vida como emprendedor era jugar con miles de riesgos. No tenías muchas ganancias, tu modelo no estaba probado y carecías de capital para soportar tu negocio. Cuando ya tienes un “camino andado”, tu nivel de riesgo disminuye.
10. Tienes la habilidad de crecer
Cuando tienes un buen modelo de negocios, un plan de mercadotecnia y un producto demandado, el siguiente paso es empezar adaptar tu empresa para la siguiente escala. Es momento de agrandar tu producción, equipo y oficinas para satisfacer la demanda de tus consumidores. Y por supuesto, para recibir más ganancias.
Es un gran logro cuando una compañía llega al momento de dejar de ser una startup. Tómate un momento para disfrutar este triunfo. Todavía tienes mucho trabajo por hacer, por lo que debes deleitarte por estar en ese punto mágico donde las oportunidades son infinitas.
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