¿Estás pensando en iniciar tu propio negocio pero no tienes ni un céntimo para arrancarlo? Hay muchas soluciones para conseguir dinero para empezarlo: un préstamo del banco, vender algunas de tus propiedades, incluso pedírselo a tu familia.
Pero quizás la opción que más se ajuste a tu situación sea aliarte con un socio capitalista.
El camino del emprendedor es estresante, caro, y un poco solitario. Es natural que quieras colaborar con alguien para no sostener todo ese peso sobre tus hombros.
Esta puede ser una buena razón para buscar un compañero empresarial, pero ¿te has preguntado si realmente vale la pena dar el control de la mitad de tu compañía a otra persona?
Al principio la respuesta puede parecerte sencilla, pero cuando tu emprendimiento tenga éxito descubrirás el coste real de esta decisión.
Mi consejo es que busques a tu “alma gemela” y pienses sobre el por qué de buscar un socio capitalista. Y a continuación te voy a ayudar a hacerlo con algunas preguntas que debes plantearte antes de dar el paso.
¿Por qué elegir un socio capitalista?
Quizás has tenido una gran idea de negocio pero no tienes ni un peso para comenzarla, y en tu cabeza se ha encendido una luz que dice “me busco un socio que aporte el dinero que necesito y listo“.
Siento decírtelo yo pero esto no es así.
Cuando te unes a un socio capitalista, éste no se va a limitar a poner dinero en tu mesa y dejar que tú controles todo (incluido su dinero); querrá también formar parte de las decisiones que tomes y tener cierto control sobre ellas.
Piénsalo bien: ¿tú le darías tu dinero a alguien para que hiciese con él lo que quisiera, sin supervisar en qué lo usa o cómo lo gestiona? Definitivamente NO.
Por eso, al aliarte con un socio capitalista debes investigar cuáles son sus cualidades personales y empresariales – ya que también te ayudará a gestionar tu negocio –, y mirar más allá del dinero que tenga.
Cómo encontrar al socio capitalista perfecto
Hay 4 pasos básicos que debes seguir para encontrar al socio más adecuado y conseguir que en el futuro (cuando tengas una empresa exitosa) no haya problemas por haber tomado una mala decisión hoy:
1. Tres palabras: Tú me completas
Un socio capitalista no sólo va a aportar dinero: también tomará decisiones y te ayudará a gestionar tu negocio.
Y las mejores cualidades que debes buscar en este tipo de socio son las que tú no posees.
Básicamente lo que quieres es que tu compañero ponga sobre la mesa algo que sabes que tú no puedes.Debes buscar un socio que haga algo en lo que tú no seas un experto.
Da igual que sea la administración contable, saber vender mejor un producto, o tener más conocimientos sobre la logística de los envíos… siempre debe tener una serie de habilidades que complementen a las que tú ya tienes.
2. Busca a alguien directo
Obviamente, la honestidad será una característica esencial para cualquiera que se involucre en tu negocio. Pero con un socio capitalista necesitas algo que vaya más allá de eso.
La confianza es útil para engrasar la maquinaria de tu negocio, pero las investigaciones demuestran que no es suficiente para mantener una relación empresarial que funcione.
Lo que debes buscar es un socio que sea SIEMPRE honesto contigo, incluso cuando no quieras escuchar cuál es la verdad. Necesitas a alguien que sea brutalmente honesto contigo, directo, que te diga las cosas sin rodeos.
Aunque en el momento en el que te digan la verdad te duela, un socio que te informe de un problema cuando todavía es pronto para solucionarlo tiene un valor incalculable.
3. Haz preguntas difíciles
Cuando empiezas un negocio, en lo último que quieres pensar es en que no funcionará y fracasará.Pero esa posibilidad siempre la debes tener presente – en especial cuando tu socio capitalista es un amigo o un miembro de tu familia -.
Debes pensar qué pasará si tu negocio no funciona, y cómo afectará esto a tu relación personal con tu socio. ¿Seréis capaces de seguir adelante?
Además, cuando busques a este compañero o compañera de viaje, y habléis del negocio, debéis dejar muy claro qué roles jugaréis cada uno, qué esperáis el uno del otro, y cómo solucionaréis los conflictos que puedan aparecer en el futuro.
En un negocio no se puede jugar al juego de las culpas: tú tuviste la culpa de esto; no, fuiste tú quien la tuvo…
Si vas a meterte en negocios con alguien (especialmente si es una persona cercana a ti), necesitas pensar con antelación cómo funcionará vuestra relación si las cosas van mal.
4. El carisma es bueno. La confianza es mejor.
El carisma es un buen atributo cuando se necesitan hacer negociaciones, pero no es el factor clave para ganarlas.
Mucha gente piensa que si hay una buena relación entre dos socios, el negocio irá mejor; y es más o menos cierto.
Pero un socio con demasiado carisma no sólo contigo, sino también con vuestros clientes, que los “mime” constantemente, puede resultar muy caro y alejar tu concentración de otro cliente que se merezca más ese esfuerzo por complacerle.
Así que en vez de elegir a un compañero por su simpatía y gracia, es mejor escoger a uno que sea confiable, por muy poco sexy que suene esto.
Lo que debes buscar es un socio en el que se pueda confiar, y eso significa también que sea predecible en cierto modo.
Necesitas un socio que no sea un oportunista, o que no intente joderte constantemente o engañarte de alguna forma en el día a día de vuestro negocio.
¡No te comprometas!
Una vez que hayas encontrado a la persona adecuada, pasad algún tiempo juntos conociéndoos el uno al otro antes de hacerlo oficial (tómalo como el noviazgo antes del matrimonio).
Aunque nunca puedes conocer realmente a nadie hasta que no trabajes algunos años con él o ella, hay algunas cosas que puedes hacer para predecir la probabilidad con la que serás capaz de pasar tiempo y construir un negocio junto a ese socio.
Los inicios de una empresa son estresantes, así que lo ideal es simular este clima antes de comprometerte.
Por ejemplo, invita a tu nuevo compañero a un día en el que la actividad de tu negocio sea mayor y donde haya mucha intensidad y toma de decisiones para ver cómo se mueve en ese ambiente.
Incluso podéis trabajar en un pequeño proyecto primero antes de dar el gran paso.
No dejes que la emoción de iniciar un nuevo negocio te ciegue ante los signos de peligro. Debes comprobar cómo trabaja esta persona, cómo piensa, cómo resuelve conflictos, toma decisiones, busca opiniones, y colabora.
No olvides esto: una vez tomada la decisión final de ser socios, busca un abogado para formalizar todo y que elabore un documento en el que se refleje claramente qué parte pertenece a cada uno, qué papel jugarás tú y cuál tu socio, y otras cuestiones que evitarán conflictos en el futuro.
La búsqueda del socio capitalista perfecto no es fácil; pero cuando tienes suerte de encontrar a tu pareja perfecta, las recompensas son enormes.
Fuente: Jenny del Castillo
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