En esta oportunidad he decidido llamar a la reflexión sobre la visión que se tiene acerca de quienes trabajamos en redes sociales. Cuando uno se desempeña como Community Manager los ojos de los demás suelen posarse sobre todo lo que hacemos y comunicamos, incluso cuando no se sepa con cuáles cuentas trabajamos. La mayor parte del tiempo se ha malasociado el hecho de que nuestras redes personales deberían ser un espacio donde debemos hacer marca personal y por ende, ser el reflejo fiel de lo que hacemos en nuestro trabajo. Esto NO necesariamente debe ser así.
El ejercer como Community Manager es un trabajo, y como en todo escenario de vida, es decisión de cada quien darle límites al espacio laboral para que no irrumpa en el espacio propio. Este profesional dedica gran parte de su día a colocar su esfuerzo y realizar su labor para otros, pero hay que recordar que también es humano, también se divierte, tiene familia y también se “infoxica”, por lo que suele pasar que no le dedica tiempo a las cuentas personales o bien, actúa de otra forma en ellas.
Es constante leer a otros decir, por ejemplo: “¿cómo puede Fulano enseñarme a gestionar mis redes si solo tiene 200 seguidores en su Twitter?” o bien “¿Qué va a saber Fulano de social media si no tuitea casi nunca?“… Lo que los demás quizá no saben es que “Fulano” trabaja para dos o tres marcas líderes en sus mercados, con un excelente desempeño, un alto movimiento de conversaciones y más de 20 mil seguidores en cada una, y que además “Fulano” trabaja hace 3 o 4 años en una importante agencia de publicidad.
Otro detalle aparece cuando otros colegas critican el que un Community Manager decida tener sus espacios personales protegidos. Es importante recordar que la comunicación tiene un contexto, y cada quien decide cómo definirlo, qué mensajes quiere difundir y a quiénes quiere llegar con dichos mensajes. Debemos entender que cada persona está en pleno derecho de separar su labor en red de su vida personal en red, no todos desean hacer de sí mismos una marca personal, por lo que no se puede, a priori, definir la experiencia y experticia de un profesional del Social Media por lo que haga o deje de hacer en sus propias redes.
¿Qué considerar ante la necesidad de hacer “marca personal”?
Lo que sí puedes inferir al analizar los canales personales de un CM es cómo se comunica, cómo escribe, cómo piensa, cómo se conecta con otros; todos factores importantes que pueden darte una referencia de qué aspectos de su personalidad podría incluir en su gestión como Community Manager, pues debemos recordar que cada quien añade parte de su propio yo a los “personajes de marca” dentro de las cuentas que gestiona en su horario laboral.
Ahora bien, todo profesional de las redes sociales debe analizar si quiere que los demás tengan esa referencia de “marca personal” desde sus cuentas propias o bien, garantizar la posibilidad de que conozcan su trabajo por otros canales digitales, bien sea públicos o privados. Hay redes sociales destinadas a hacer branding personal profesional, como por ejemplo LinkedIn, y es recomendable utilizarlas también para crear conexiones con otros que están en tu misma posición. En ese sentido, se están gestando propuestas recientes en Latinoamérica: en Venezuela se lanzó recientemente la red social Oppous, una plataforma que propone separar la vida personal de la vida profesional.
Un consejo personal para quien no desea mezclar ambos espacios: elabora un dossier digital de experiencias que puedas hacer llegar a quienes estén interesados en conocerte como Community Manager en donde incluyas tus fortalezas, tus casos de éxito y el aval o testimonio de otros colegas del área, clientes o supervisores; lo importante es saber que existen múltiples formas de darte a conocer.
Imágenes: Oppous.com / LinkedIn.com
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